En mi experiencia diaria como preparadora laboral en IRV, es cotidiano ver que las empresas cuenten con diversas experiencias internas y aproximaciones a la inclusión de personas con discapacidades.
Si bien algunas han logrado mayor éxito y otras menos, en todas el denominador común de recomendaciones los podría resumir 5 grandes pasos:
Contacto y Compromiso inicial: Conversar sobre inclusión al interior de la organización es clave. Ésta debe ser de manera abierta y destinada a resolver todas las dudas del proceso. Para esto es altamente recomendable contactar instituciones que tengan experiencia en el área, que puedan apoyar el proceso, resolver dudas y visualizar el camino a seguir, paso a paso. Una vez que obtengan la información necesaria, los equipos de RRHH estarán en condiciones de generar convenios o alianzas, desde donde se expondrán las acciones a desarrollar en cada proceso, así como las obligaciones que deberán cumplir cada una de las partes involucradas en la inclusión laboral de personas con discapacidades.
Evaluación Laboral: Aprender a escoger al candidato correcto. Es necesario realizar evaluaciones técnicas por parte de los profesionales de RRHH y Empleo con Apoyo, en donde puedan vislumbrar las exigencias tanto físicas y psicológicas que requiere un cargo especifico. Esta evaluación incluirá la infraestructura del edificio y los accesos de medios transporte y entorno del puesto de trabajo, ya que será importante saber si la persona contará con las condiciones, tanto para acceder, así como para desenvolverse en su lugar de trabajo.
Capacitación: Capacitar al equipo de trabajo que compartirá labores con la persona con discapacidad. El objetivo es formar las competencias para que los funcionarios de la empresa reciban al nuevo trabajador bajo un clima laboral apropiado; tener claridad de sus necesidades, capacidades y limitaciones, evitando así todo tipo de prejuicio o temor que suele generarse en base al desconocimiento. Por otro lado, considerando que un alto porcentaje las personas en situación de discapacidad tienen menos oportunidades de acceder tanto a educación como a opciones de un trabajo formal, es clave poder capacitarlas previamente, para potenciar sus habilidades y entregarles herramientas para enfrentarse a un proceso de inclusión laboral.
Colocación y seguimiento: Es importante que la alianza entre empresa y organismo facilitador se mantenga durante esta etapa, ya que de esto dependerá la evolución y permanencia del trabajador dentro de la empresa. Siempre recomiendo utilizar pautas de seguimiento durante los primeros tres meses de trabajo para a través de esta, recoger información respecto a la adherencia del trabajador al puesto de trabajo y empresa, sus debilidades y fortalezas, así como también potenciar y corregir todo aquello que pudiese interferir en un adecuado desempeño laboral.
Evaluación del proceso: Se recomienda que, después de 6 meses se realice una evaluación de seguimiento, con el fin de identificar cuáles fueron las tareas más sencillas y desafiantes dentro del proceso. Importante conversar los aprendizajes, reunirse con las entidades colaboradoras y presupuesto difundir la experiencia.
Existe amplia bibliografía al respecto que fundamenta que, bajo los pasos de la metodología de Empleo con Apoyo, el proceso de inclusión laboral de la (s) PcD sea exitoso. Derivando en mejoras de productividad, clima laboral, potenciándose la diversidad y generando un impacto positivo para los trabajadores y la sociedad.
Autor Pamela Matamoro