Es común, aún hoy en día, encontrarnos con diversos términos mal utilizados en torno a la discapacidad, probablemente escuchaste alguna vez la palabra minusválido, paralítico, enfermito, loco, mongolito, sordomudo, capacidades especiales. ¿Cuántas veces lo oíste? o ¿cuántas veces lo dijiste?, ¿crees que son términos correctos para referirse a una persona?
¿Sabes qué es la discapacidad?
La Discapacidad se define como el resultado de una completa relación entre la condición de salud de la persona y sus factores personales, y los factores externos que representan las circunstancias en las que vive esa persona. Por lo tanto una persona en situación de discapacidad es aquella que, teniendo una o más deficiencias físicas, mentales, sea por causa psíquica o intelectual, o sensoriales, de carácter temporal o permanente, al interactuar con diversas barreras presentes en el entorno, ve impedida o restringida su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.
De esta manera si no existieran barreras, o más bien si todos nos encargáramos de eliminar las barreras y las limitaciones ¿Existiría realmente una discapacidad? Te has preguntado si todas las personas conocieran y utilizaran la lengua de señas, ¿Las personas sordas tendrían algún tipo de problema o dificultad para comunicarse?
Entonces, basándonos en los mencionado, lo correcto siempre es decir; persona en SITUACIÓN de discapacidad de origen físico, psicológico, intelectual, visual o auditivo (según sea el caso). Y esta “situación” de discapacidad puede ser modificable, mientras se eliminen las barreras que impiden la correcta participación del a persona.
Video de Woki Toki acerca del uso del lenguaje inclusivo.
Consejos para el uso del lenguaje
Como primer consejo, frente a una persona en situación de discapacidad intelectual ten presente que debes tener disposición para escuchar. Si está acompañado/a de alguien más, no lo/a ignores. Entrega información sencilla y lenta y asegúrate de que la persona entendió su mensaje, tal vez sea necesario repetir la información.
En segundo lugar, considera que una persona en situación de discapacidad de origen psicológico puede no resultar evidente, sobre todo si está medicada. Sin embargo, al conversar con el/ella, puede que les cueste un poco expresar sus ideas, pero ten paciencia y escucha. No te inquietes si la persona se pone nerviosa, en esos casos refleja calma y tiempo para escuchar.
En tercer lugar, en el caso de una persona en situación de discapacidad de origen físico nunca debes tratarlo como niño, ni menos capaz de realizar ciertas tareas, entonces trátalos siempre como adultos. Intenta no poner tanta atención a sus bastones o silla de ruedas en caso que la utilice, ya que eso los puede incomodar.
Cuarto: cuando estés con una persona ciega puedes tomar su mano o tocar su brazo para saludar, dirígete siempre directo a él/ella para conversar y no a su acompañante (de acuerdo al caso).
Si te comunicas con una persona con sordera, ubícate frente al él/ella. Generalmente saben leer los labios, por lo que puedes modular con naturalidad, NO exagerado, ni tampoco muy rápido. Prefiere utilizar un lenguaje simple. No subas el volumen de tu voz a menos que la persona se lo indique. Y verifica si sabe leer, puede servir de apoyo.
Es necesario también aclarar que las personas sordas, son sólo sordas; y no sordomudo, ellos no tienen ningún problema en sus cuerdas vocales, por lo tanto pueden emitir sonidos al igual que tú, sólo que, al no escuchar su propia voz, generalmente no la utilizan.
Otro concepto correcto es LENGUA DE SEÑAS, y no lenguaje de señas ni lenguaje de signos, ya que la "lengua" es el conjunto o sistema comunicativo que sirve para la comunicación entre las personas de una misma comunidad lingüística (en este caso comunidad sorda).
Finalmente, ten en cuenta que independiente de si una persona está en situación de discapacidad, sigue siendo una persona, por lo mismo, siempre es mejor referirte a el/ella con respeto, hablándole por su nombre, sin menos preciar, porque te puedes llegar a sorprender.
Autora Gabriela León
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