En Chile solemos escuchar el discurso de que nuestros adultos mayores se encuentran abandonados o desplazados. La verdad es que esta es una situación que sí ocurre y que esconde una serie de escenarios extremadamente complejos y multifactoriales. En muchas ocasiones las personas de la tercera edad están solas, sin ninguna persona a cargo, y de alguna manera, logran sobrellevar esta situación, implicando, por supuesto, un deterioro sustancial en su calidad de vida. Imaginemos por un segundo lo que es ser un abuelo/a en alguna situación de dependencia y que nadie esté ahí para ayudarnos.
Hoy desde el IRV queremos abordar este tema, profundizando no solamente en los cuidados que se debe tener para alguien con dependencia, sino también, para quienes, al contrario de lo que describíamos, sí cuentan con la posibilidad de tener a alguien a su cuidado. Para estas personas el estar atendiendo las necesidades de otro individuo suele acarrear exigencias potentes tanto en lo físico como en lo mental.
Desde ya te dejamos cordialmente invitado a que te suscribas a nuestro newsletter para que estés conectado con este tipo de informaciones y nuestros planes de rehabilitación.
"...el 24,1% de los adultos mayores se encuentra en situación de dependencia en cualquiera de sus grados, esto equivale de acuerdo con la población total a poco más de 400.000 personas".
CONOCIENDO EL MUNDO DE LA DEPENDENCIA
Uno de los primeros conceptos que surgen cuando buscamos explorar el mundo del cuidado al adulto mayor es la idea de "Dependencia". Esta se encuentra definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “la disminución o ausencia de la capacidad para realizar alguna actividad en la forma o dentro de los márgenes considerados normales”.
Al mismo tiempo, el Consejo Europeo aborda la siguiente explicación: “estado en el que se encuentran las personas que, por razones ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, psíquica e intelectual, tienen necesidad de asistencia o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de forma particular, los referentes al cuidado personal”.
Lo cierto es que la dependencia es una idea que puede clasificarse en diferentes grados, así es, por ejemplo, que el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) propone los siguientes parámetros: Dependencia Severa, moderada y leve. A continuación, profundizaremos cada uno de estos.
Pero antes es necesario que entendamos un par de nociones básicas. Cuando hablamos de este tema es indispensable comprender las actividades de la vida diaria. Por supuesto, una persona en situación de dependencia verá afectada la manera en que lleva a cabo sus quehaceres, y puede que una acción "simple" adquiera una complejidad que nunca antes había atravesado.
En este sentido, existen entonces las Actividades Básicas de la Vida Diaria, donde encontramos, por ejemplo, bañarse, contener orina o heces, vestirse, comer, caminar, higiene personal; y también las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria, donde aparecen tareas como cuidar a otros, a mascotas, criar hijos/as, usar sistemas de comunicación, manejar dinero, cuidar su propia salud y el hogar, preparar alimentos, etc.
Ahora que hemos atendido este tema, podremos dar una mirada más completa a los grados de dependencia, siempre manteniendo una perspectiva que nos permita sensibilizarnos y partir desde la empatía nuestras acciones y pensamientos hacia esta comunidad.
NO TODOS NECESITAN LO MISMO: GRADOS DE DEPENDENCIA
Como señalamos anteriormente, hay tres distintos grados de dependencia según el SENAMA en nuestro país, estos permiten ser precisos en la condición y aportar al diagnóstico, lo que facilita su atención. Tenemos entonces:
1) Dependencia Severa
Este parámetro clasifica a todos aquellos individuos con limitación funcional severa, es decir, que siempre necesitan ayuda para desplazarse y realizar sus labores. El SENAMA dentro de la definición de dependencia severa incluyó los siguientes criterios:
- Personas Postradas. Ahora llamadas personas en situación de dependencia o personas con dismovilidad.
- Personas con diagnostico de demencia en cualquier grado.
- Personas con incapacidad de desarrollar actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
2) Dependencia Moderada
Se separa de la definición anterior porque requiere ayuda parcial en el desarrollo de actividades. Dentro de esta clasificación se incluyen las siguientes situaciones:
- Incapacidad para bañarse.
- Requiere ayuda siempre o casi siempre para efectuar 2 Actividades Básicas de la Vida Diaria.
- Requiere ayuda siempre o casi siempre para efectuar 3 Actividades instrumentales de la Vida Diaria.
- Incapacidad para efectuar 1 Actividad Instrumental de la Vida Diaria y necesidad de ayuda siempre o casi siempre para efectuar 1 Actividad Básica de la Vida Diaria.
3) Dependencia Leve
Se define como la necesidad leve o nula ayuda para el desempeño de actividades bajo los siguientes criterios:
- Incapacidad para efectuar 1 Actividad Instrumental de la Vida Diaria
- Necesidad de ayuda siempre o casi siempre para efectuar 1 Actividad Básica de la Vida Diaria.
- Necesidad de ayuda siempre o casi siempre para efectuar 2 Actividades instrumentales de la Vida Diaria.
UNA REALIDAD PAÍS QUE NECESITA ATENCIÓN
En Chile, según estadísticas del SENAMA, el 24,1% de los adultos mayores se encuentra en situación de dependencia en cualquiera de sus grados, esto equivale de acuerdo con la población total a poco más de 400.000 personas. De acuerdo a los tipos de dependencias tenemos el 12,4% se encuentra en el rango severo, el 5% en el rango de moderado y el 6.6% en el rango leve.
Dentro de los adultos mayores con dependencia tenemos una población que llega aproximadamente a un 7% que padece dismovilidad o como se denominaba antiguamente se encuentran "postrados". El origen de su condición es multifactorial y el desarrollo varía de acuerdo al diagnostico principal. La gran problemática que tienen estas personas es el nivel de cuidados que requieren y la carga que eso supone para sus familias.
Ante la situación descrita, el sistema de salud tiene cierta respuesta de apoyo a través, principalmente, de los programas de postrados del nivel primario de salud (consultorios). Sin embargo la cobertura del programa no alcanza a cubrir la totalidad de las necesidades que existen.
CUIDADOS PARA LA POBLACIÓN CON DISMOVILIDAD
Respecto a los cuidados en la población con dismovilidad, tenemos distintos tipos de recomendaciones, que pueden variar de acuerdo a la condición del momento y el diagnóstico. Sin embargo, en general se recomienda lo siguiente:
- Mantener contacto con profesionales o centros de salud cercanos al domicilio del adulto mayor. Así también contactos en caso de emergencias de cualquier tipo.
- Mantener activas las redes de apoyo (Gubernamentales o No Gubernamentales) de la persona.
- La persona en situación de dismovilidad debe encontrarse en una habitación propia con apropiada entrada de luz solar y ventilada.
- De acuerdo al diagnostico, mantener un monitoreo constante de signos vitales, valga decir temperatura, presión arterial, pulso y frecuencia respiratoria.
- Mantener en buen estado todas las ayudas técnicas que la persona pueda usar, eso incluye camilla, bastones, andadores, silla de baño etc.
- En relación al cuidado de la piel, evitar excesos de humedad y resequedad.
- Mantener un nivel de higiene optima de la persona.
- Realizar cambios de posición regularmente, para prevenir las escaras y posteriores ulceras por presión.
CUIDANDO A LOS CUIDADORES: UN TRABAJO ESENCIAL
Para el cumplimiento de estas recomendaciones el cuidador toma un rol protagonista en la atención de la persona desmovilizada. Este es complejo debido a que posee una carga psicológica muy potente y al mismo tiempo, en ocasiones implica un desgaste físico importante, sobre todo, cuando por ejemplo la persona a cargo es un adulto mayor o padece otras afecciones físicas.
Pero ¿Qué hace el cuidador? Básicamente asiste a la persona en las actividades que realiza parcialmente o que no puede llevar a cabo por sí sola. Estadísticamente el 56,9% de los cuidadores son familiares en distintos niveles y el 85,6% son mujeres.
Las principales dificultades que tienen los cuidadores en su labor, tiene que ver con que es un trabajo de 24 horas diarias y 7 días a la semana, que conlleva mucha exigencia física, que expone a la persona a situación de estrés psicológico importante, más aún si existe un lazo familiar y además, requiere un conocimiento básico sobre el cuidado; la mayoría de los cuidadores que no se dedican a serlo, simplemente aprenden a desarrollar las labores sobre la marcha.
Desde el punto de vista de las recomendaciones para los cuidadores, estas se envuelven en tres pilares:
- Primero en el caso de los cuidadores que son familiares es importante que exista un correcta repartición de las labores, evitando que sea solo una persona la que se haga cargo de todo.
- Segundo respecto al estrés psicológico asociado al cuidado es importante ser realista y responsable con la salud mental, optar por actividades de recreación, autocuidado y buscar ayuda profesionales son siempre una buena alternativa.
- Tercero es importante buscar instancia de aprendizaje y capacitación para conocer las labores propias de un cuidador. Estas instancias existen tanto en el sistema de salud como en programas de carácter municipal.
De todas formas, desde el IRV prestamos varios servicios relacionados tanto a la persona desmovilizada como para los cuidadores. En el caso de las personas desmovilizadas, estas son población beneficiaria de nuestra área de rehabilitación a domicilio, donde reciben servicios de rehabilitación integral, sumado a instancias de educación para sus cuidadores. En el caso particularmente de los cuidadores desde el área de capacitación hemos levantado iniciativas de capacitación en oficio en área como panadería, pastelería y cerámica en frío.
Invito cordialmente a los lectores a que visiten nuestro sitio web y nos sigan en nuestras redes sociales y conozcan nuestra encomiable labor. ¡Suscríbete a nuestro newsletter y únete a la familia en donde #Amamoslainclusión!
Yorumlar