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IRV y SENADIS colaboran para entregar kits sanitarios a personas con discapacidad en Valparaíso

Debido al actual contexto de emergencia sanitaria el SENADIS recibió la asignación extraordinaria de $340.500.000, financiamiento dirigido a adquirir elementos de protección personal (EPP) y útiles de aseo para resguardar la protección de la salud y disminuir el riesgo de contagio hacia el COVID-19 de las personas con discapacidad y sus cuidadores.

Imagen: Periodista IRV, Tomás Alcaíno. En la foto aparece Miguel Torres (43), residente de Limache.



Lo anterior, en el marco del Programa Modelo Residencial para Personas con Discapacidad y Programa Tránsito a la Vida Independiente, pertenecientes al Departamento de Autonomía y Dependencia del SENADIS. El gasto de presupuesto asignado a la compra de Elementos de Protección Personal y Útiles de Aseo, se contempló en un 50 % para cada ítem. (50% EPP- 50% útiles de aseo).


En este sentido, se busca apoyar con el financiamiento de Elementos de protección personal y útiles de aseo, a iniciativas que aporten o potencien la inclusión social de las personas con discapacidad, que promuevan sus derechos, apoyen su autonomía, su independencia y mejoren su calidad de vida, a fin de dar cumplimiento a las funciones y obligaciones establecidas por la Ley Nº20.422, sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de personas con discapacidad, ya sea en el contexto de la pandemia o post pandemia.


De esta forma, el IRV se transformó en receptor y canalizador de parte de esta acción, colaborando en la elaboración de 75 kits sanitarios dirigidos a la misma cantidad de personas con discapacidad ubicados en la Región de Valparaíso y que se encuentren en edad laboral.


Cabe destacar, que cada kit sanitario incluyó:

2 cajas de mascarillas de tres pliegues (100 unidades)

 1 botella de alcohol de 70% 500 ml

 1 caja de guantes de vinilo (100 unidades)

 1 protector facial

 1 alcohol Gel 500 ml

 1 botella de cloro de 1 litro

 1 jabón líquido de 500 ml

 2 aerosoles desinfectantes de 400 ml

 1 paquete toallas desinfectantes desechables (80 unidades)

 1 toalla papel x2.



Beneficiados: historias de perseverancia en época de crisis.


Miguel Torres (43), beneficiado por este kit y vecino de Limache, señaló al recibir los implementos de higiene: "Beneficia en que va a haber más seguridad para yo ir a ver a mis hijos y viceversa. Así con esto, tenemos para aumentar las medidas de protección para el virus, que es lo que mi ex pareja más teme: que se infecten los niños, o yo, ella. Entonces esto ayuda harto a protegernos".


Torres agrega que: "Yo antes trabaja en construcción, en carpintería, así que con las manos, que aún me quedan tengo un taller ahí, adaptado para mí y hago marcos de cuadro, bandejas, artesanía más que nada, todo de madera reciclada".


Miguel Torres expresa que le gustaría acceder a un "un taller de carpintería un poco más grande que el que tengo, porque es pequeñito. Lo hice en el hall de mi casa con ayuda de amigos. Las herramientas también las compramos con amigos. Hicimos completadas, un montón de beneficios y pudimos comprar la herramientas".


La realidad de Miguel Torres, no difiere en grandes rasgos de lo que destaca la CEPAL en su documento "COVID-19 y las personas con discapacidad en América Latina: Mitigar el impacto y proteger los derechos para asegurar la inclusión hoy y mañana", el cual ya apunta que desde los primeros días de esta crisis se estableció que el empleo sería una de las áreas en las que se percibiría un fuerte impacto sobre la situación de las personas con discapacidad, en especial porque: "en general tienen un vínculo muy débil con el mercado laboral formal y que se frecuente inserción en el sector de servicios y en la informalidad las deja expuestas a la inmediata disminución de la demanda en casi todos los casos (CEPAL-2020).


En este contexto, las Naciones Unidas han solicitado a los países garantizar que las dificultades económicas durante la crisis se aborden también con relación a las personas con discapacidad, protegiendo sus empleos y abordando las barreras adicionales que enfrentan para satisfacer sus necesidades básicas.


El caso de David Alarcón (37), residente del sector de Troncos Viejos de Villa Alemana, es en cierta forma un ejemplo específico de las aseveraciones de la CEPAL: "Estaba buscando trabajo pero por lo visto no pasa nada. Me llamaron de la municipalidad incluso para postular, pero parece que está más o menos", indica Alarcón, quien también agrega que la pandemia ha significado un agravante a su situación: "Es que eso no tiene tanta implicancia por decirlo (la pandemia), porque esta enfermedad que tengo yo (Leucodistrofia), la tengo desde el 2015, una enfermedad que no es conocida y es rara. No tiene cura, solo remedios paliativos".


David Alarcón (43) de Villa Alemana

Fotografía: Periodista IRV. Tomás Alcaíno


El espacio laboral que Alarcón contempla para desempeñarse "sería de recepcionista, porque no puedo hacer nada. O sea, a lo más que puedo es recibir los clientes, donde tengo experiencia. En recepción y de algo así como promotor. Está difícil la cosa. He trabajado de distintas maneras, en ventas y cosas así, pero está bien difícil. No puedo estar mucho tiempo de pie por mi enfermedad".


En una línea similar a la de Miguel Torres, Rodolfo Arancibia (41), también buscó alternativas laborales por su propia cuenta mientras la pandemia no da su brazo a torcer: "En este momento estoy operado (de la vesícula), pero estaba arreglando bicicletas. He estado trabajando en la construcción, íbamos a volver, pero con esta cuestión de la pandemia ha sido cada uno por su lado. No nos han llamado para seguir trabajando. Así que me hice un taller aquí en la casa para trabajar en las bicicletas también", comenta Arancibia.

"Sí po', sí me sirve harto, porque de repente uno no tiene las condiciones para estar comprando mascarillas, así que me sirve harto", comenta Arancibia en relación al kit sanitario mientras exhibe su taller.


Rodolfo Arancibia explica que en un comienzo el flujo de clientes era "bajito, pero después ya me llegaba toda la gente, de dos, de a cuatro". De hecho, continúa señalando Arancibia: "lo que me falta es alguien que me ayude a tener algo un poquito mejor, como más herramientas, tener más apoyo, porque no tengo mucho".


Con todo, y como indica el documento citado de la CEPAL, la pandemia ha tenido un efecto de descomposición que ha permitido visualizar algunos de los principales problemas y factores que determinan la situación de las personas con discapacidad en la región.


"Una mirada más minuciosa puede permitirnos también observar oportunidades de acción inéditas, basadas en una mejor utilización de los recursos disponibles en la sociedad para mitigar el impacto de la pandemia y generar las respuestas inclusivas que se necesitan para continuar protegiendo y evitar que las personas con discapacidad se queden atrás", termina por apuntar en una de sus reflexiones finales el mencionado informe de la CEPAL.





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