"Es muy difícil el trabajo de ventas. Nunca he tenido casos de discriminación, pero sí gente que no saluda, que te manda, no hay como empatía". Esta es una de las principales reflexiones que realiza Nicole Villar Aguilar (25) quien se desempeña como Asistente de Ventas en Lápiz López. Hace aproximadamente 4 meses que ella trabaja allí y hoy en el IRV te queremos mostrar su historia, pues ella, al igual que muchas personas, ha sido una beneficiada por el programa de Inclusión Laboral IRV.
Nicole se encuentra a la izquierda. Foto: IRV.
Villar tiene una discapacidad física. En específico, ella cuenta que: "Me falta el antebrazo derecho, desde un poco antes del codo. Es de nacimiento". Es a raíz de esta situación que ella siempre ha buscado alternativas laborales mediante la ayuda de organizaciones como el IRV. Hoy ella trabaja en una sucursal de Lápiz López en la región Metropolitana, donde dice realizar distintas tareas que involucran actividades de caja, atención al cliente, reposición, limpieza y orden.
"Postulé en una página de trabajo virtual, siempre busco trabajos part-time para personas con discapacidad y ahí me apareció la empresa. Se llama full week, pero en modo part time, son 20 horas a la semana distribuidos de lunes a viernes", explica Nicole.
Nicole desde que egresó de su enseñanza media se ha desenvuelto en trabajos relacionados al área de ventas, por lo que la experiencia la ha ido ganando de manera constante durante estos últimos 7 años aproximadamente. De hecho, su interés por la atención al público ha sido un elemento crucial, pues actualmente además de trabajar, también estudia Administración Pública.
"Es importante que confiemos en personas como yo, que nos den una oportunidad, que lo podemos hacer bien, que estamos dispuestos. Creo que es muy importante que lo noten, que lo sepan las demás personas, que tienen que confiar en nosotros. Hacernos parte de las mismas cosas que los demás hacen, y lo hacen bien y que uno también lo hace bien, como sea se logra".
Como te habrás podido dar cuenta, todo corre por una misma senda para Nicole. Al ser consultada por cuál aspecto le ha parecido más motivante desde un punto de vista profesional ella responde: "Yo creo que la atención al cliente es lo que más me llama, me gusta mucho el contacto. Me gusta trabajar, me gusta hacer cosas, me gusta ordenar. Me gusta hacerlo bien".
A todos y todas nos puede gustar mucho ocuparnos en una determinada actividad, sin embargo, esto en modo alguno nos libera de desafíos, los cuales muchas veces juegan un rol de incentivo para que continuemos perfeccionándonos, una situación similar a la de Nicole: "Es muy difícil el trabajo de ventas. Nunca he tenido casos de discriminación, pero sí gente que no saluda, que te manda, no hay como empatía. Todo es frío, eso me lo he cuestionado harto. No hay humanidad, no lo sé, no hay un trato de humano a humano, solo que yo estoy siendo un personaje".
"Trabajo hace muchos años en venta -continúa-, desde que salí del colegio, y siempre me he cuestionado lo mismo, que uno tiene que ser de una cierta manera", dice ella con un tono reflexivo y con un dejo de preocupación.
De todas formas, esto no impide que existan clientes que tengan un comportamiento contrario; quizá, no es la tónica pero sí que coopera en mantener un buen espíritu: "Claro, sí, y se lo digo: ´muchas gracias´. Porque es difícil toparse con gente amable y agradable".
La conclusión o síntesis que extrae Nicole de toda su relación laboral en donde conversa con decenas de personas al día es que se trata de un trabajo que la satisface totalmente: "Sí, completamente. Es gratificante relacionarme con diversas personalidades y me gusta".
"ES IMPORTANTE QUE CONFIEMOS EN PERSONAS COMO YO"
Nicole señala que la labor que realizó el IRV la ayudó, básicamente porque piensa que instituciones como esta permiten cooperar en la búsqueda de empleo, facilitando procesos y visibilización del postulante: "Sí, obvio que sí. Es más fácil encontrar trabajo con organizaciones así. Siempre he encontrado trabajo gracias a organizaciones, si no lo hago, si por ejemplo me tiro a buscar trabajo como ´persona natural´ , no sé cómo decirlo, nunca encuentro trabajo. Creo que le dan más atención por las leyes de discapacidad, por eso se me hace más fácil presentarme como una persona con discapacidad.
Esto mismo le permite argumentar a Nicole que, desde un punto de vista social, hay existen aprensiones para la contratación de personas con discapacidad. Ella dice que una de las principales barreras con la que tuvo que lidiar fue la sobreprotección: "Sí, hay muchas dificultades, mucho prejuicio, mucho miedo. Cuando llegué a trabajar a otros lugares sentí que me tenían que cuidar. Por ejemplo, para subir una escalera estaban ahí pendiente, mirando todo el tiempo. Todas las cosas que hacía tenían un prejuicio de que lo iba a hacer mal, porque tiene discapacidad. No lo está haciendo bien, porque le falta la mano.
En esta línea, manifiesta que este "miedo" de no realizar el trabajo o actividades "bien", proviene más desde la sociedad que de las personas con discapacidad: "Harto miedo. Yo he escuchado de jefas que han tenido a otras personas con discapacidad y que tienen mayores dificultades que yo, ellas tenían ese miedo, de no confiar en nuestras capacidades".
Por esto mismo es importante participar de los procesos de inclusión laboral y que todos los actores que se ven involucrados en esto, puedan, poco a poco, ir tomando consciencia de que las personas con discapacidad pueden operar igual que cualquier otro funcionario en el mismo puesto, para que así, se vaya produciendo un margen de desmitificación sobre sus prejuicios.
Nicole termina por mandar un potente mensaje: "Es importante que confiemos en personas como yo, que nos den una oportunidad, que lo podemos hacer bien, que estamos dispuestos. Creo que es muy importante que lo noten, que lo sepan las demás personas, que tienen que confiar en nosotros. Hacernos parte de las mismas cosas que los demás hacen, y lo hacen bien y que uno también lo hace bien, como sea se logra".
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