Reinserción laboral luego de un Accidente Cerebro vascular
El Accidente Cerebrovascular es definido por el CIE10 como alteraciones transitorias o definitivas del funcionamiento de una o varias zonas del encéfalo, que aparecen de forma brusca, como consecuencia de un fallo en la irrigación sanguínea cerebral. Está lesión en el cerebro conlleva alteraciones de tipo sensoriales, motoras y cognitivas La OMS calcula que anualmente hay 24.964 casos nuevos, por lo que hoy en día en Chile hay 69 casos cada día. Además, es la segunda causa de mortalidad prematura en Chile.
Las secuelas de un ACV implican siempre un cierto grado de dependencia. Alrededor del 30% a 40% de los supervivientes en el primer año después del accidente cerebrovascular no están en condiciones de volver a trabajar y requieren algún tipo de ayuda para realizar actividades básicas de la vida diaria como la deambulación, alimentación, vestuario, higiene, uso de transporte, en algunos casos la comunicación, entre otras. Sin embargo, luego de un tratamiento y rehabilitación oportuna, gran porcentaje de estas personas pueden obtener mejoría funcional y poder volver a desempeñarse laboralmente.
Principales secuelas con las que nos encontramos luego de un ACV
- Paresias y plejias: Perdida de fuerza y sensibilidad de segmentos corporales. La más común es la hemiparesia (afectación de un hemicuerpo).
- Espasticidad: Aumento del tono muscular que causa restricción del movimiento.
- Afasias: Afectación de la expresión y comprensión del lenguaje. Dificulta la comunicación.
- Hemianopsia: visión defectuosa o ceguera en la mitad del campo visual de uno o ambos ojos.
- Síndrome de negligencia: tendencia involuntaria a ignorar el lado afectado.
- Problemas con el pensamiento y la memoria.
- Trastornos emocionales.
La presencia o ausencia de estas, dependerá de la ubicación de la lesión a nivel cerebral. Cada persona tendrá una evolución y pronostico distinto, esto dependerá del tipo de hemorragia, edad, tipo de tratamiento y rehabilitación oportunos, etc.
Adecuaciones para la inclusión laboral:
- Modificaciones ambientales: incluir pasamanos, barras de apoyo, antideslizantes, sillas ergonómicas, organización de mobiliario, implementar rampas, etc.
- Incluir elementos de apoyo o ayudas técnicas.
- Adaptaciones de las herramientas para facilitar su uso.
- Modificación de las tareas de ser necesario.
El trabajo constituye un área ocupacional determinante en el sentido de autoeficacia, además que provee seguridad personal y familiar, permitiendo el desarrollo y la visualización de proyectos. Por tanto debemos considerar el trabajo como parte importante del proceso de rehabilitación para las personas. En febrero de 2010 se publica la Ley Nº 20.422 la cual señala que el Estado debe impulsar medidas y acciones positivas para abordar la inclusión social de las personas en situación de discapacidad, en los ámbitos vinculados a la accesibilidad al entorno y comunicaciones, educación, capacitación e inclusión laboral, entre otros.
Con el apoyo adecuado, muchos sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares pueden y, de hecho, vuelven a trabajar con éxito. La planificación con los empleadores es esencial para que puedan entender cómo un derrame cerebral ha afectado a un individuo y pueden poner apoyos y realizar las adaptaciones necesarias en su puesto, para eso, los empleadores pueden apoyarse en instituciones como la nuestra para poder desarrollar herramientas que les permitan ser inclusivos y proveer empleos con las mínimas restricciones posibles
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