Anteriormente, se abordó en mayor profundidad la “Discapacidad Mental – Psíquica”, por lo cual, en esta ocasión nos enfocaremos en la “Discapacidad Mental – Intelectual”. Para ello, debemos responder la pregunta de ¿Qué es la discapacidad Intelectual?
La Asociación Americana de discapacidades intelectuales y del desarrollo (AAIDD, antes AAMR) recoge en su 11ª edición (2010) la siguiente definición de discapacidad intelectual:
«La discapacidad intelectual se caracteriza por limitaciones significativas tanto en funcionamiento intelectual, como en conducta adaptativa, tal y como se ha manifestado en habilidades adaptativas, conceptuales y prácticas. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años”.
Esta definición va acompañada de premisas que clarifican el concepto:
- Las limitaciones en el funcionamiento presente deben considerarse en el contexto de ambientes comunitarios típicos de los iguales en edad y cultura.
- Una evaluación válida ha de tener en cuenta la diversidad cultural y lingüística, así como las diferencias en comunicación y en aspectos sensoriales, motores y conductuales.
- En una persona, las limitaciones coexisten habitualmente con capacidades.
- Un propósito importante de la descripción de limitaciones es el desarrollo de un perfil de necesidades de apoyo.
- Si se mantienen apoyos personalizados apropiados durante un largo periodo, el funcionamiento en la vida de la persona con discapacidad intelectual generalmente mejorará.
Con estos lineamientos se quiere dar a entender que la discapacidad intelectual es completamente única en cada persona, puesto que son diversos factores que pueden influir en su desempeño, dando énfasis en las capacidades del individuo, el contexto en que se desenvuelve y los posibles apoyos necesarios que faciliten y brinden las oportunidades para mejorar su independencia.
Ahora, sabemos un poco respecto a qué es la Discapacidad Mental – Intelectual, pero aún desconocemos cómo esta es diagnosticada o clasificada. Para ello el Manual Diagnóstico y Estadísticas de los Trastornos Mentales DSM-5, en su edición N°5, define a la discapacidad intelectual dentro de los “Trastornos del Neurodesarrollo”. Según este texto, se deben cumplir, al menos, los siguientes 3 criterios:
1. Deficiencias de las funciones intelectuales, como el razonamiento, la resolución de problemas, la planificación, el pensamiento abstracto, el juicio, el aprendizaje académico y el aprendizaje a partir de la experiencia, comprobado mediante la evaluación clínica y pruebas de inteligencia estandarizadas individualizadas.
2. Deficiencias del comportamiento adaptativo que producen fracaso del cumplimiento de los estándares de desarrollo y socioculturales para la autonomía personal y la responsabilidad social. Sin apoyo continuo, las deficiencias adaptativas limitan el funcionamiento en una o más actividades de la vida cotidiana, como la comunicación, participación social, vida independiente en los múltiples entornos.
3. Inicio de las deficiencias intelectuales y adaptativas durante el periodo del desarrollo.
También se propone clasificar en función a la gravedad medida según el funcionamiento adaptativo, debido a que con este es posible determinar el nivel de apoyo que requiere la persona para así poder medir su nivel de independencia. Estas se definen como: “Leve, Moderado, Grave, Profundo”.
La discapacidad intelectual puede tener diversos orígenes, como los siguientes:
- Condición genética: de la cual podemos identificar el Síndrome de Down.
- Problemas durante el embarazo: debido a que él bebe no se desarrolla bien dentro de su madre, producto de beber alcohol o contraer alguna infección como rubéola.
- Problemas al nacer: si él bebe presenta dificultades durante el parto, como por ejemplo el no recibir suficiente oxígeno.
- Problemas de salud: algunas enfermedades como tos convulsiva, varicela, o meningitis pueden causar una discapacidad intelectual.
¿CÓMO LLEVAR ESTOS CONOCIMIENTOS A LA VIDA COTIDIANA Y AL ÁMBITO LABORAL?
Para comprenderlo de una forma más simple, la discapacidad intelectual es aquella que presenta una serie de limitaciones en cuanto a las habilidades diarias que requiere una persona para aprender y le sirven para responder a distintas situaciones en la vida, como lo son el poner atención, retener información, procesarla, clasificarla y generar una reacción o respuesta ante estos estímulos o situaciones.
Para estas personas, se les hace más fácil conllevar su discapacidad si su entorno ayuda a facilitar o hacer más sencillas las cosas, esto quiere decir que, si el entorno en el cual se desenvuelven a diario se encuentra adaptado, modificado o con ajustes razonables según su nivel de independencia, pueden desenvolverse sin dificultades.
A las personas con discapacidad intelectual se les hace más complicado aprender, comprender y comunicarse, por ende, se debe considerar tomarse el tiempo para que se permitan comunicar y ser comprendidos, como también apoyarlos durante el proceso de aprendizaje de nuevas habilidades o actividades. Este tipo de discapacidad es de carácter irreversible, es decir, los acompañará durante toda la vida y no solo es un impacto que sufre el individuo, sino también es un reto muy fuerte para toda su familia.
Es importante mencionar que la discapacidad intelectual no quiere decir que las personas sean "enfermas", son seres humanos como nosotros, y al igual que nosotros ellos tienen muchos sueños en la vida y ganas de alcanzarlos, por lo que, si se reúnen las condiciones adecuadas, se les brindan las mismas oportunidades que a todas las personas, ellos pueden progresar y lograr sus objetivos.
Es en este último punto indicado donde se presentan la mayor cantidad de prejuicios y mitos, lo que se encuentra directamente relacionado con tratos de discriminación. Todas las personas, tanto con discapacidad o sin ella, al brindarles las herramientas necesarias y darles las oportunidades para aprender y progresar, pueden desenvolverse de forma independiente y mantener un muy buen desempeño; si bien dentro de las características de una persona con discapacidad intelectual, está el que presenta dificultades para aprender, retener información, comunicarse, esto no quiere decir que no pueda llegar a hacerlo.
Por lo tanto, si se realizan ajustes razonables y un buen proceso de sensibilización al equipo de trabajo con el cual esta persona va a trabajar y relacionar, se le estaría prestando las herramientas y oportunidades para ser una persona independiente y productivo, como también su entorno, al brindarles conocimientos para apoyar a esta persona, se volverá en un ambiente enriquecedor y será un facilitador para el desarrollo de las tareas diarias que deba realizar.
AVENTURARSE A UN NUEVO AMBIENTE
Muchas de estas personas cuentan con un nivel de educación que se denomina como “Educación Especial”. Esto significa que se implementó un plan de educación adecuado para sus necesidades, capacidades y ritmo de aprendizaje.
Uno de los aspectos fundamentales al momento de contratación de PcD mental-intelectual es que el equipo de trabajo debe recibir una sensibilización. Este proceso busca brindar herramientas que se puedan aplicar cotidianamente cuando nos relacionados con esta comunidad, apuntando siempre a generar un ambiente óptimo y facilitador en cuanto a la inclusión.
También es importante considerar que, generalmente, atrás de las PcD intelectual hay todo un componente familiar que lo apoya y se preocupa de que esta persona pueda desenvolverse con tranquilidad y comodidad en el ambiente laboral, conservando el respeto y el trato digno. Por esta razón es esencial que tomemos consciencia de que los procesos de inclusión laboral pueden ser un tremendo aporte a desmenuzar y quitar de la mesa prejuicios y preconcepciones que impiden una inclusión plena. Y esto es una acción que efectivamente funciona.
Para finalizar, es un deber de todos dirigirnos a una sociedad más inclusiva, capacitarnos y educarnos en materia de discapacidad y manejo de un lenguaje inclusivo, para así transformarnos en un recurso facilitador que brinde oportunidades para que las personas con discapacidad puedan desenvolverse de forma independiente, recibir un trato digno y tener una mejor calidad de vida.
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